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hay uno en cien que entienda por sí mismo la verdad bíblica sobre este
        tema que es tan necesario para nuestro bienestar presente y eterno....
          “El enemigo del hombre y de Dios no está dispuesto a que deba
        ser presentada con claridad; pues él sabe que si el pueblo la recibe
        plenamente, su poder será quebrantado”. RH 09/03/89.
          Al estudiar y descubrir ambos como entregarle nuestros corazones a
        Dios  diariamente,  nuestras  vidas  cambiaron.  Pronto  nuestros  hijos  se
        dieron cuenta que mamá papá estaban experimentando algo nuevo en
        sus  vidas,  y  ellos  también  querían  vida  espiritual  para  sí  mismos.
        Nuestro  hijo,  Arlen,  era  de  veintitrés  años,  nuestra  hija  Cheryl,  tenía
        veintidós, y casada, y nuestra hija menor, Lorna, tenía catorce.
          Cuando Cheryl llegó a la casa de visita, compartimos con ella nuestra
        nueva  experiencia  y  comprensión  recién  descubiertas  sobre  la
        salvación.  Ella  exclamó:  “¡Eso  es  lo  que  he  estado  buscando  toda  mi
        vida!” “¿Cómo puedo encontrar esa experiencia?” La animamos a pasar
        tiempo en compañía de Jesús, llegando a conocerlo de verdad al leer su
        Palabra y comprendiendo sus enseñanzas. Varias semanas más tarde
        me llamó y dijo: “¡Mamá no tiene sentido! Solo estoy leyendo palabras.
        Parecen sin sentido”. Ella también había sido una lectora superficial. Le
        animé a continuar hasta que las palabras se volvieran agua y pan vivos.
          Nuestra  hija  menor,  Lorna,  decidió  quedar  en  casa  durante  un  año
        simplemente  para  estudiar  la  Biblia  y  el  Espíritu  de  Profecía  antes  de
        reiniciar sus estudios. Durante ese tiempo tomó la decisión de seguir a
        Dios, y fue de tanta bendición.
          “En la lucha por la vida eterna, no podemos apoyarnos el uno en el
        otro. El pan de vida debe ser comido por cada uno. Debemos participar
        individualmente de él, para que el alma, el cuerpo y la mente revivan y
        sean fortalecidos por su poder transformador”. TM, 391.
          “Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de
        Dios  para  salud  a  todo  aquel  que  cree;  al  Judío  primeramente  y
        también al Griego. Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en
        fe; como está escrito: Más el justo vivirá por la fe”. Romanos 1:16-17.
          Después  de  haber  experimentado  personalmente  el  poder  del
        evangelio, oré porque el Señor me enviara de regreso a mi padre y el
        resto  de  mi  familia.  Ansiaba  compartir  con  ellos  las  maravillosas
        verdades de salvación que yo había descubierto.
          “Para convencer a otros del poder de la gracia de Cristo, tenemos que
        conocer ese poder en nuestro corazón y nuestra vida”. MC, 372.
          “El Evangelio se ha de presentar, no como una teoría inerte, sino
        como una fuerza viva capaz de transformar la conducta. Dios quiere
        que sus siervos den testimonio de que por medio de la gracia divina los
        hombres pueden poseer un carácter semejante al de Cristo y regocijarse
        en la seguridad de su gran amor”. MC, 67.
          Al compartir mi testimonio con mi familia, estaba muy agradecida que
        mi  padre  y  madre  respondieran  positivamente  al  mensaje  salvífico  del
        evangelio.  Algunos  de  mis  hermanos  y  hermanas  me  dijeron:  “Esto

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