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cambiará por completo nuestras vidas. No puedes guardar esto
exclusivamente para ti misma. ¿Estarías dispuesta a compartirlo con
nuestras amistades? “¿Hablarías en nuestra iglesia?” “¿Yo?” “¿Hablar
en la iglesia?” Yo había hecho trabajo solo para niños, y nunca había
hecho una disertación en la iglesia, pero sabía que había encontrado
algo nuevo en mi experiencia cristiana. De manera que le oré a Dios
pidiéndole que me quitara el temor y me diera libertad de expresión.
Justamente a la mañana siguiente yo tenía el servicio de predicación
en la iglesia. ¡Sin temor! Luego la gente quería otra reunión por la tarde
y también por la noche. Después el pastor se me acercó y dijo: “Yo he
estudiado y estudiado y tratado de entender la justificación por fe, pero
no podía comprenderlo a cabalidad. Ahora entiendo, y ahora yo también,
puedo rendirme a Dios.
“Quisiera que entendáis nítidamente este punto: que a las almas
se les impide obedecer la verdad por una confusión de ideas, y
también porque no saben cómo entregar su voluntad y su mente a
Jesús. Necesitan instrucción especial en cuanto a cómo llegar a ser
cristianos”. EV, 115.
“No permitáis que nada aparte vuestra atención de la pregunta:
"¿Haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?" Esta es una cuestión de
vida o muerte, que cada uno de nosotros debe definir para la eternidad”.
1MS, 202.
“Investigad, oh, investigad la preciosa Biblia con corazones ham-
brientos”. PVGM, 83.
“Una esperanza que sea tan sólo supuesta, provocará vuestra ruina”.
1T, 153.
“Muchos son conscientes de su gran deficiencia, y leen, y oran, y
resuelven, y sin embargo no progresan. Parecen impotentes para resistir
la tentación. La razón es que no profundizan lo suficiente. No buscan
una conversión plena del alma, para que las corrientes que manan de
ella puedan ser puras, y para que el comportamiento pueda testificar
que Cristo reina en el interior. Todos los defectos de carácter se originan
en el corazón. El orgullo, la vanidad, el mal genio y la avaricia proceden
del corazón carnal no renovado por la gracia de Cristo”. OHC, 336.
El corazón y la mente carnal no pueden obedecer la ley espiritual,
puede obedecer tan sólo la letra de la ley. Esta fue también la
experiencia de Pablo antes de su conversión. ¿Existen otros que fueron
tan ignorantes de su falta de justificación como éramos nosotros?
Pensemos en Nicodemo. ¿Qué le dijo Jesús?
Naced de Nuevo
“Y había un hombre de los Fariseos que se llamaba Nicodemo,
príncipe de los Judíos. Éste vino á Jesús de noche, y díjole: Rabbí,
sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede
hacer estas señales que tú haces, si no fuere Dios con él”. Juan 3:1-2.
“Jesús fijó los ojos en el que le hablaba, como si leyese en su alma.
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